ser tu propio jefe

Una de las verdades a medias más comunes hoy en día relacionadas con el emprendimiento y el espíritu empresarial es la de ser tu propio jefe.

Si bien podría parecer un mito, en el fondo una verdad a medias no es tan mala si consideramos que hay muchos aspectos positivos reales en ser independiente. Aunque, naturalmente, serlo también implica una serie de aspectos negativos que vale la pena entender.

En lo personal, he pasado ya muchos años “siendo mi propio jefe”, incluidos más de 10 años como bloguero y otros cuantos como promotor de negocios en el ambiente inmobiliario.

En mi caso, trabajar para "ser mi propio jefe" nunca fue realmente la razón por la que hice lo que hice. De hecho, lo que a mi me motivo siempre fue la idea de ganar dinero por Internet o de generar ingresos pasivos que me permitan independencia financiera.

Dejé lo que podría considerarse un buen trabajo porque quería construir lo propio. Sin importar lo difícil que podría ser al inicio, el sueño valía la pena. Y gracias a ello construí un sistema de negocios en Internet que me ha dado enormes satisfacciones en todo sentido y una empresa inmobiliaria que crece cada día.

El "factor jefe propio" fue algo que simplemente llego junto con ello.

Pros de ser tu propio jefe


1. Estás al volante. Tomas las decisiones tú mismo.

Hay una gran satisfacción en poder actuar sobre nuestras corazonadas, adivinar o simplemente hacer lo que hay que hacer. Así que puedes arriesgarte y gastar el dinero sin miedo de fallar.

A menudo hablamos de ser propietarios como clave para la satisfacción laboral; y cuando eres el jefe, esta te pertenece. No tener que preguntarle a nadie puede significar mucho.

Esto es algo maravilloso para mí porque soy una de esas personas (¿al igual que tú?) Que se siente más seguro como conductor que como pasajero. Especialmente en los negocios.

2. Estableces tus propios horarios.

Tal vez eres madrugador, o alguien que prefiere no trabajar ciertas horas de la tarde para atender actividades personales, o quieres atender ocasionalmente ciertos asuntos sociales. Tal vez te gusta trabajar por ciertos períodos enfocadamente y con gran intensidad.

Cuando eres tu propio jefe, eliminas la antigua costumbre de calentar una silla durante horas.

Te vuelves responsable de tu producción, no de tus horas (a menos que, por supuesto, seas una empresa de servicio al cliente, de lo cual hablaré en seguida).

3. Estableces tu propio estilo de trabajo, ambiente de trabajo y (en la medida en que puedas permitírtelo) tus equipos de trabajo.

Algunos jefes son mejores que otros para la actualización tecnológica, para elegir una buena oficina, para adquirir mobiliario moderno, etc.

¿Qué tan rápido es tu Internet? Cuando eres el jefe, eso depende de ti.

¿Te gusta trabajar en un escritorio corporativo, en una mesa de sesiones o en cualquier escritorio? También depende de ti. ¿Una buena vista? ¿Buen café en la cocina? Todo depende de ti.

4. Estableces tu propia ubicación.

¿Porqué quedarte a trabajar en Bogotá si prefieres Medellín?

No tomes ese frustrante viaje en metro al centro, si puedes quedarte en tu ciudad. Hacerte amigo de la gente en la cafetería de la esquina o pasar todos los días a Starbucks, ¿por qué no? Tú eres el jefe. Tú decides.

Ver también: 5 Consejos Útiles a Seguir Antes de Iniciar un Negocio

Contras de ser tu propio jefe

1. Tus consumidores son tu jefe. Tus clientes son tu jefe.

Muchas veces, durante los años que llevo como consultor en negocios inmobiliarios, he terminado tarde en la noche, cansado, estresado preparando expedientes para satisfacer a mis clientes que confían en mi para las aprobaciones de crédito para sus casas.

Nunca he podido seguir la rutina normal del trabajador, en la que o lo haces o tienes una razón para no haberlo hecho. Necesito el negocio, necesito el dinero, así que no tengo opción. Mis clientes están al mando.

Incluso con el tiempo en esta carrera, después de haber construido un negocio que vende a decenas de clientes cada mes, los clientes siguen a cargo.

Necesitamos completar documentos, hacer nuevas ventas, planificar actividades de mercadeo, enviar cotizaciones en línea todo el tiempo. Necesitamos manetenernos actualizados y capacitados. Pero sobre todo cumplir con los plazos de comercialización, con las fechas de entrega, las finanzas, todo.

En un negocio, la salud del negocio también es tu jefe.

2. Tus compromisos —con proveedores, aliados, actividades comerciales— son tu jefe.

No puedes darte el lujo de faltar a tus compromisos y aún así tener éxito. Tu palabra es tu activo más poderoso.

Las reuniones, los plazos y las promesas son compromisos. Realmente no puedes dirigir un negocio sin ellos.

3. Si tienes empleados, de alguna manera tus empleados son tus jefes.

Tú lideras y, te guste o no, el liderazgo es el liderazgo. Lo cual significa que tus empleados te estarán observando.

No puedes hacer menos de lo que les pides. Como jefe ese es probablemente el factor más importante en la llamada cultura corporativa (o de la empresa).

Si te vas temprano, todos se irán temprano.

4. Gastas tu propio dinero.

¿Recuerdas el punto tres en los pros, sobre tomar decisiones sobre tus equipos, la tecnología, el ancho de banda, etc.?

Genial, pues recuerda que luego tienes que pagar por todo lo que decidas que necesitas. Sale de tu presupuesto, no del presupuesto de tu empleador, porque no hay empleador.

Cuando los tiempos son difíciles, es posible que no necesites ciertas comodidades; así que la pregunta es ¿puedes pagarlo?

5. Ganas lo que ganas.

No tienes garantía de tu salario ni de las compensaciones. Todo depende de ti, tu negocio, tus clientes, tu mercado y de tu oferta comercial.

El propietario único, el fundador de una startup o el propietario de una pequeña empresa no tiene un empleador que establezca un plan de compensación estable para él. Por tanto, no hay una garantía real de cuánto tendrás el próximo mes.

Conclusión

Aun con todas las desventajas que pudieran existir, considero que ser tu propio jefe es algo que vale la pena a toda costa. Siempre y cuando seas consciente de los retos que implica y que te comprometas a ser responsable contigo mismo y tus recursos.

Por otro lado, si aún con todas las ventajas no te sientes cómodo, no pasa nada, recuerda que ser jefe, tampoco es para todos.

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